En el momento actual en que se deben optimizar todos los recursos sanitarios con la finalidad de utilizarlos en la lucha contra la pandemia por COVID-19 nos planteamos cuales son los procedimientos diagnósticos y quirúrgicos urológicos que pueden ser retrasados y cuales los que no pueden ser retrasados o los que el retraso no se puede extender más de unas pocas semanas.
Los objetivos son: a- disminuir la demanda de respiradores, reduciendo al máximo el número de pacientes enviados a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI); b- economizar equipos de protección personal (guantes, mascarillas, trajes, etc); c- restricción del acceso a instalaciones sanitarias (consultas externas, despachos médicos, etc) para evitar que los pacientes asintomáticos en ese momento puedan contagiar el virus a otros pacientes ambulatorios o ingresados o al personal sanitario.
Un elevado porcentaje de pacientes urológicos son mayores de 65 años por lo que son considerados como grupo de riesgo. Dentro del grupo de riesgo también se incluyen los pacientes con diabetes, cáncer y enfermedades cardíacas o pulmonares.
Un grupo de expertos europeos y estadounidenses ha diseñado una lista de procedimientos urológicos que deberían ser priorizados en la crisis actual por Covid-19 o en futuras emergencias sanitarias similares y que será publicado en la revista European Urology.
Procedimientos diagnósticos:
Procedimientos quirúrgicos oncológicos:
Cirugía radical por cáncer vesical infiltrante. Estudios previos han mostrado que retrasar la cirugía 3 meses aumenta el porcentaje de casos con extensión del tumor a los ganglios y disminuye la sobrevida por lo que no se debe retrasar la cirugía radical. En esta situación sanitaria se puede evitar el ingreso en UCI.
Resección transuretral de tumores vesicales. El retraso de la cirugía en los tumores de aspecto sólido o múltiples tumores puede aumentar el porcentaje de casos con invasión del músculo vesical. El procedimiento se realiza con anestesia raquídea (no requiere respirador) y puede ser dado de alta a las pocas horas. No se debería retrasar la cirugía a menos que se trate de un tumor único menor de un centímetro y de aspecto papilar.
La cirugía radical por cáncer de próstata puede ser retrasada varios meses en casos con tumores de riesgo bajo o moderado. En pacientes con tumores de alto grado se pueden considerar otros tratamientos como la radioterapia ya que el retraso del tratamiento puede aumentar el porcentaje de recidiva bioquímica de la enfermedad.
La cirugía radical por cáncer de riñón con invasión de la vena renal o la vena cava no se debería retrasar por el riesgo de extensión de la enfermedad. Las nefrectomías radicales o parciales en tumores menores de 7 cm (estadio T1) pueden ser retrasadas. En tumores de mayor tamaño se deben considerar los síntomas, la edad, las patologías asociadas y la velocidad de crecimiento de la lesión. En casos con lesiones que aumenten rápidamente de tamaño se puede retrasar la cirugía hasta 3 meses o se pueden realizar otros tratamientos como la ablación percutánea con diferentes fuentes de energía.
Orquiectomía. Como no existen datos suficientes como para justificar el retraso de la cirugía y como se puede realizar con anestesia raquídea y con ingreso de pocas horas no estaría justificado retrasarla.
Linfadenectomia. Requiere ingreso en UCI y respirador por lo que se debería retrasar y valorar tratamiento con radioterapia.
Quimioterapia. Dado que afecta el sistema inmunitario valorar su indicación.
Se ha observado que el retraso de la cirugía 3 meses en los casos con tumores de alto grado, con carcinoma in situ o con invasión de la capa muscular (estadio T2) produce progresión de la enfermedad por lo que en esos casos no se debería retrasar la cirugía.
Retrasar la cirugía de las masas suprarrenales menores de 6 cm. El retraso de las lesiones mayores de 6 cm puede dificultar mucho su extirpación por lo que deberían ser operados.
No existe información suficiente para considerar la posibilidad de retrasar la penectomía total por cáncer de pene. La penectomía parcial puede realizarse con anestesia raquídea y alta en pocas horas.
Vasectomía, cirugía de fimosis, varicocele, hidrocele, biopsia de testículo: Retrasar hasta que cese la situación de alarma y se suspenda el confinamiento.
Retirada de catéteres ureterales: Retrasar hasta que cese la situación de alarma y se suspenda el confinamiento salvo que exista intolerancia muy importante.
Litotricia externa por ondas de choque: Retrasar hasta que cese la situación de alarma y se suspenda el confinamiento.
Litiasis ureteral con hidronefrosis: Colocación de catéter ureteral.
Cirugía por incontinencia femenina o masculina: Retrasar hasta que cese la situación de alarma y se suspenda el confinamiento.
Cirugías por hiperplasia benigna de próstata: Retrasar hasta que cese la situación de alarma y se suspenda el confinamiento.
Cirugía por estenosis de uretra (abierta o endoscópica): Retrasar hasta que cese la situación de alarma y se suspenda el confinamiento.
Colocación de prótesis de pene o esfínter urinario artificial: Retrasar hasta que cese la situación de alarma y se suspenda el confinamiento.
Hemorragia vesical severa: Ingreso y revisión endoscópica. Valorar alta en 6 horas si la situación lo permite.
Torsión de testículo, fractura de cuerpo cavernoso: Alta en 4-6 horas.
Fuente:
Kristian D Stensland, MD, MPH, Todd M. Morgan, MD, Alireza Moinzadeh, MD, MHL, Cheryl T. Lee, MD, Alberto Briganti, MD, PhD, James Catto, MB, ChB, PhD, FRCS, David Canes, MD. Eur Urol: en prensa, Marzo 2020.